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Solo 30% de los venezolanos tiene capacidad de consumir porque recibe dólares

El economista Alejandro Grisanti, de Ecoanalítica, sostiene que 70% de la población ha visto reducir su ingreso real en 90% durante los últimos tres años. La firma estima que al país entraron 1.200 millones de dólares en remesas, al cierre de 2017, y pueden llegar entre 2.500 y 3.000 millones este año.


La nueva frontera social que divide a los venezolanos es la capacidad de consumo y, en consecuencia, solo 30% de los habitantes del país tiene una efectiva capacidad de compra, mientras que 70% ha visto reducir su ingreso real en 99% en los últimos tres años.

Estos datos provienen de investigaciones de la firma consultora Ecoanalítica y fueron presentados por su socio director, el economista Alejandro Grisanti, durante una entrevista en Unión Radio.

La clave que explica la actividad de consumo en Venezuela es el acceso a divisas. Según Grisanti, el país recibió 1.200 millones de dólares en remesas en 2017, y su estimación es que esta cantidad se duplique en un escenario conservador, al cierre de 2018.

En concreto, Ecoanalítica espera que las remesas lleguen hasta los 2.500 o 3.000 millones de dólares en 2018, en un escenario más "optimista".

Grisanti señala que el promedio por cada envío es de 100 dólares, lo que significa que poco más de 1 millón de familias tiene, al menos, un pariente directo que envía dólares. "Estamos viviendo como un país pobre de verdad. Nuestra realidad cada vez se parece más a la centroamericana. Nos estamos convirtiendo en un país de mantenidos".

El ajuste se acabó

La hiperinflación está terminando con la capacidad autónoma de ajustar las finanzas familiares. Con un nivel de inflación que ya promedia 25% semanal, es prácticamente imposible consumir una cesta alimentaria suficiente y las maniobras para equilibrar las compras son cada vez más complicadas.

El economista Alejandro Grisanti sostiene que, aparte de los ajustes monetario y fiscal que se deben hacer para terminar con la hiperinflación, es indispensable incrementar la base salarial general a un ingreso mínimo vital no inferior a 250 millones de bolívares, que si bien es cierto ya no cubrirían la canasta básica permiten multiplicar por 50 la capacidad de consumir, al menos temporalmente.

"El gobierno ya hizo este ajuste de la base de cálculo del salario con los militares; entonces no veo por qué no puede hacerse con el resto de la población, porque la única ayuda posible que tiene 70% de los venezolanos se reduce a las cajas Clap, a los bonos periódicos que paga el Ejecutivo y a formas cada vez más insólitas de rebusque", indica Grisanti.

¿Y las empresas?

Para el economista, un cambio en la base salarial como el que propone no sería letal para las empresas, porque la caída de la actividad en el sector privado es mucho menor a la reducción real de los salarios. "Si bien es cierto que la industria dice que trabaja a 10% de capacidad, por ejemplo; también es verdad que los salarios que paga a sus trabajadores, en este momento, representan 1% de lo que significaban hace tres años. Aún queda una capacidad para maniobrar".

Luis Vicente León (Datanálisis)

LOS NÚMEROS CUADRAN

También la encuestadora Datanálisis ha reparado en la capacidad de consumo que le queda a los venezolanos en estos tiempos, y por supuesto reconoce la importancia creciente que tienen las remesas como fuente de ingresos para cubrir las necesidades más elementales. Lo demás es lujo.

Según los números que maneja la empresa, 26% de los venezolanos configura el mercado de consumo actual en el país, porque se trata de personas que tienen acceso a dólares; sin embargo, Luis Vicente León, socio director de Datanálisis, discrima de una manera diferente cómo se consiguen esas divisas.

Indican los estudios recientes de la encuestadora que, al menos, 11% de los venezolanos está repatriando ahorros en divisas para sobrevivir. Se trata de operaciones pequeñas que promedian los 350 dólares. La empresa estima que, al año, retornan más de 3.000 millones de dólares.

Para Datanálisis, 10% de la población rcibe remesas, pero -a diferencia de Ecoanalítica- sus estudios revelan que las operaciones no suben, en promedio, de 60 dólares por envío, por lo que la firma cree que este mercado alcanza a 700 millones de dólares anuales, como cifra tope, en la actualidad.

Por supuesto, el economista Luis Vicente León no tiene la más mínima duda de que la llegada de remesas aumentará sostenidamente y será un fenómeno permanente en los próximos años, debido a la emigración creciente de jóvenes y, más aún, de profesionales jóvenes.

Por otra parte, existe un 6% restante de la población que puede facturar trabajos en divisas -generalmente informales y a través de una extendida práctica de un nuevo modelo de "maquila"-, o se dedica abiertamente a actividades ilícitas que generan moneda dura, como el contrabando de gasolina y otros productos.

Más desigualdad, imposible

El restante 74% de la población está atado a los subsidios del Estado, lo que genera, en opinión de Luis Vicente León, una situación históricamente grave y, de hecho, inédita en el país de desigualdad social, cuyas implicaciones pueden ser extremadamente graves y peligrosas.

Por otra parte, el economista y directivo de Datanálisis cuestiona la eficiencia de los subsidios estatales, pues son fuertemente costosos, llegan con mucha irregularidad a quienes tienen "la suerte" de recibirlos, existen muchas fugas y corrupción asociadas en el reparto y, lo más importante, no resuelven casi nada el problema de precarización y pobreza.

Un trabajo de investigación reciente, realizado por estudiantes de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Central de Venezuela (UCV) determinó que las Cajas Clap son nutricionalmente ineficientes, ya que solo proporcionan grasas y carbohidratos en más de 90% de los casos, al tiempo que su costo de mercado ya sobrepasa los 300 millones de bolívares.

 

 

 

 


PUBLICADO: 20 de julio de 2018