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Consumo suntuario: frágil pero latente

La situación financiera del país ha llevado a que muchos productos estén catalogados como “de lujo”,  y no necesariamente porque así lo sean, sino porque el poder adquisitivo ha bajado drásticamente para los venezolanos. Distintas áreas que antes estaban consideradas como necesarias, ahora integran una categoría de ostentación, hasta para los estratos sociales A y B.

Para Jesús Casique, profesor y experto de Economía y Finanzas de la Universidad Central de Venezuela (UCV), “la economía de lujo en el país no es la que tiene mayor consumo, obviamente porque el índice de personas que pueden compararla no es la más alta, apenas se llega a 2,3%, o un poco más, no pasa de 3%, por lo menos en la actualidad”.

Casique indica que en comparación con otras naciones petroleras, Venezuela está muy por debajo con respecto a las compras de lujo. “Nosotros no podemos comprar o recibir servicios de esta categoría si no pertenecemos al estrato A y quizás al B de la sociedad. En otros países como Chile, Canadá o Ecuador, las personas que comparan artículos de lujo no necesariamente tienen que pertenecer al estrato alto de la sociedad. Muchos, con el sueldo que manejan, lo pueden hacer, claro no con la misma facilidad que tienen los del estrato alto, pero pueden”.

El también profesor de economía en la UCV, José Guerra, señala que “el consumo de lujo en el país si acaso llega a 2%, porque a pesar de que esta cifra la supera la clase alta y media alta de la sociedad, muchos ya no invierten en productos de esta categoría, porque prefieren hacer otro tipo de negocios para sobrevivir a la economía golpeada que tenemos o simplemente se están yendo del país, porque ya los altos precios hasta a ellos les afecta, y estoy hablando de personas que ni siquiera son asalariadas, sino que manejan negocios, porque a las asalariadas con sueldos altos, ya no les alcanza para comprar nada de lujo, sino para mantenerse medianamente”.

Guerra estima que el consumo de lujo en 2015 bajará 20% más. “Si sigue la inflación que tenemos, no hay aumento de salarios y continúan los controles para los empresarios en las importaciones, en 2015 la economía de lujo en Venezuela seguirá disminuyendo”.

Compras por estratos. Tras un recorrido por joyerías, restaurantes, galerías de arte, hoteles y atelieres en los centros comerciales San Ignacio, Plaza Las Américas y Sambil, dueños y gerentes indicaron que de cada 10 venezolanos que entran a sus tiendas, dos pueden comprar productos de lujo, tomando en cuenta que cada uno de ellos puede adquirir hasta 2 piezas o algún servicio del renglón cada mes. Esto significa que todavía este mercado se maneja en el país, aunque no con la misma proporción que hace diez años, coincidieron los entrevistados.

Fabiola González, encargada de la joyería Gerais II, ubicada en el Centro Comercial Sambil, en Caracas, dico que “todavía vendemos piezas de lujo, por lo menos tres o cuatro veces al mes, a pesar de que ya no tenemos la misma afluencia de clientes, como en años anteriores”.

“Dentro del renglón de lujo, tenemos anillos con precios desde 200 mil bolívares en adelante, aretes desde 150 mil y gargantillas de entre 200 mil y  300 mil bolívares. Estas prendas las compran personas que pertenecen a la clase alta del país, que es muy poca, porque no cualquiera gasta esa cantidad de dinero en una pieza elaborada con oro o con pedrería", señala González.

Así como todavía hay personas que compran joyas de altos precios en el país, también hay usuarios que adquieren artículos en las galerías de arte y en los atelieres de firmas de diseñadores nacionales e internacionales.

La encargada de la tienda-galería Ajabu Venezuela, ubicada en el centro comercial Plaza Las Américas, enfatiza que “se vende mucha mercancía de diseñadores venezolanos”. Entre ellos: Juliette Ghamra, Boceca by Andrea Rojas, Valentina Gardon, Gabriela Alvarado, Karma by Marcia Arocha y Lázaro Sánchez. 

Los precios en Ajabu Venezuela están comprendidos entre los 5 mil y 30 mil bolívares, ropa considerada de lujo para los estratos C y D.

En la tienda Montblanc, ubicada en el Sambil, Elisa Bracamonte, encargada, expresa que “tenemos un déficit de ventas en comparación con el año pasado y el primer trimestre del año, aproximadamente 20% menos; puede ser que venda monederos y accesorios como lapiceros y llaveros, tres o cuatro veces al mes, cuando antes un inventario me duraba solamente 15 días. Claro, hablo de muchos años atrás”.

Los precios en esta tienda son: lapiceros desde 35 mi bolívares, yuntas para camisas desde 18 mil bolívares, monederos entre 28 mil y 52 mil bolívares y carteras desde 45 mil bolívares.

Evelyn Gómez, consultora de ventas de la agencia de viajes Oneresglobe, ubicada en Plaza Las Américas, expresa que “las personas que están en los estratos sociales bajos, no suelen comprar pasajes para ir al exterior, y si lo llegan a hacer es una vez al año, máximo dos, y los destinos son las islas del Caribe, porque los otros destinos tienen precios son muy altos y en la actualidad se venden en moneda extranjera o al cambio de esa moneda, y es mucho dinero, lo que significa que entra a la lista de turismo de lujo, aunque antes no haya sido así”.

Gómez especifica que los boletos que se venden en moneda extranjera, con cargo a tarjetas de crédito foráneas, están entre 800 y 2 mil 500 dólares, o su equivalencia en euros.

Los entrevistados precisaron que desde agosto del año 2013, no reciben dólares preferenciales para la importación de la mercancía que manejan en sus establecimientos. En la actualidad, participan en las subastas del Sicad I y participan en el Sicad II diariamente; de esta última categoría recibieron divisas en el segundo trimestre de 2014, pero una cantidad baja para lo que importan, por lo que han tenido que manejar el dólar paralelo y, como consecuencia, altos costos.

Tipos de lujo. Luis Vicente León, socio-director de la encuestadora Datanálisis, informó que existen dos tipos de consumo de lujo en el país: el cotidiano y el suntuario de alto impacto.

León explica que los productos que entran en el primer tipo son: inmuebles, carros, joyas, viajes especiales y obras de arte, y el segundo está integrado por productos o servicios costosos -pero no necesarios- como salmón, caviar, whisky, peluquería y productos de belleza, entre otros.

El experto precisa que en ambos grupos de la categoría de lujo ha habido una disminución del consumo. Y agrega que “no es sólo que todo esté exorbitantemente caro. El mercado de lujo en Venezuela cae también por otros factores, entre ellos: el ingreso real de los venezolanos, el índice de confianza del consumidor y la disposición de créditos que se consiguen en el mercado, esto sin contar el miedo que tienen de invertir los dueños o empresarios”. 

“El ingreso real del venezolano ha disminuido para las clases media y alta y sobre todo para los estratos C y D. Pero para los primeros (A y B), ­que son los que más tienen este tipo de consumo­ ha bajado entre 8% y 10% de sus compras, porque cayó el índice de confianza en la calidad y prefieren viajar, porque todavía tienen esa posibilidad de hacerlo y encontrar afuera mercancía de mejor calidad y con mejores precios”, puntualiza.

Impuestos gubernamentales

De acuerdo con  la reforma a la Ley de Impuesto al Valor Agregado, las personas que importen algún producto de “lujo” que supere los 30 mil dólares al cambio de la moneda nacional, deberán pagar el incremento de 5% establecido en dicha normativa, es decir, tendrán que cancelar 15% por ese arancel. Además, tendrán que pagar 12% del Impuesto al Valor Agregado (IVA), lo que equivale a un total de 27% entre los dos impuestos. Pero si es un carro, la cuota es más alta y sube a 52%, según cifras expuestas en la resolución publicada en la Gaceta Oficial Nº 42.522.

Entre los productos que el gobierno nacional considera que están bajo esta modalidad se encuentran: carros, yates, aviones, pinturas o creaciones culturales de artistas reconocidos, mobiliario, entre otros.

Jhuansukivy Betancourt


PUBLICADO: 11 de marzo de 2015