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La salida del país de Kimberly-Clark es un rollo

La junta interventora de Kimberly- Clark, la transnacional que anunció el pasado fin de semana la suspensión de sus operaciones en Venezuela, ya comenzó su trabajo. La planta, ubicada en Maracay, fue ocupada de inmediato, y el ministro del Trabajo, Oswaldo Vera, informó que pronto será reactivada para asegurar la estabilidad de unos 1.600 trabajadores y el suministro de papel, toallas sanitarias y pañales, rubros prioritarios para la familia.

Los consumidores esperan que así sea, porque Kimberly- Clark posee aproximadamente 15 por ciento del mercado y, con el cese de sus operaciones, se dejarán de producir 33 millones de pañales, 27 millones de toallas sanitarias y 16 millones de rollos de papel higiénico. Todo un drama si se considera la escasez de esos productos en el mercado.   

Kimberly -Clark adujo,  en un comunicado, que la decisión la tomó después de años en los que la compañía ha procurado hacer frente a complicadas circunstancias que escapan de su control. Mencionó la imposibilidad de comprar materia prima, lo que en los últimos dos años ha ocasionado el cierre de la mayoría de sus líneas de producción, la carencia de divisas y el rápido aumento de la inflación.

En lo que va de año, con Kimberly-Clark ya suman 6 las multinacionales que han abandonado el país. Le antecedieron General Mills, Bridgestone y las líneas aéreas Latam, Lufthansa y Aeroméxico. La coordinadora de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), Marcela Máspero, calcula que la salida de estas 6 transnacionales representa una pérdida de 6.000 puestos de trabajo.


PUBLICADO: 13 de julio de 2016