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A trocha y mocha reemplazo del Galaxy Note7

Samsung ha visto con beneplácito el que, alrededor del 90% de los usuarios de este dispositivo han elegido cambiarlo por uno nuevo y no por otra marca

Desde que responsablemente la firma surcoreana anunció hace tres semanas un programa global de reemplazo para Galaxy Note7 debido a una situación en las celdas de sus baterías, muchas cosas han pasado. Por un lado,  la marca ha tenido el apoyo, por así decirlo, de una parte importante de sus clientes. Alrededor del 90% de los usuarios de Galaxy Note7 ha elegido un nuevo Galaxy Note7, desde que los productos estuvieron disponibles. También más del 60% de todos los teléfonos Galaxy Note 7 vendidos en los EE.UU. y Corea, se han intercambiado a través del programa. En Singapur, más del 80 % de los clientes han participado en el programa de reemplazo que comenzó el 17 de septiembre.

Pero no todo es color de rosa. Usuarios de Corea del Sur se han quejado de los dispositivos de reemplazo (que Samsung les había entregado para evitar casos de deflagraciones y explosiones)  indicando que se recalientan y pierden autonomía. Hasta el momento, Samsung no ha confirmado el número de novedades de este tipo registradas,  ni ha informado de casos similares en otros países.

Con mano de seda maneja la marca maneja este delicado nuevo incidente proporcionándoles a los clientes el apoyo necesario y colaborando con los organismos reguladores nacionales en este esfuerzo, pues sabe que estas nuevas quejas podrían socavar la confianza en la empresa en una situación de mercado complicada como nunca antes.

Por primera vez, las ventas cayeron en 3% durante el primer trimestre de 2016, con  respecto a igual cifra de 2015, tras dos décadas de crecimiento sostenido, según datos de la consultora Strategy Analytics. La razón de esta baja es para muchos predecible tras una fuerte saturación de los teléfonos inteligentes en los mercados desarrollados, así como también al declive de las empresas líderes: Samsung y Apple. Según expertos, la saturación responde a tres factores: la enorme cantidad de firmas fabricando equipos, la modalidad de estrenar nuevos teléfonos cada seis meses y al estancamiento en cuanto a innovación de la industria.

Las marcas ya no ofrecen novedades tan llamativas en la renovación de sus equipos. La crisis económica que vive China también es factor clave de esta baja, pues se trata del mercado que más smartphones consume  en el mundo. Por ejemplo, el crecimiento de venta del iPhones en China durante el primer trimestre de 2015 fue de 100%, versus el 14% de este año. 

La situación para Samsung es complicada por lo que tendrá que echar mano de su condición de líder para sobrellevar el chaparrón, y como señala su presidente de negocios de comunicaciones móviles, DJ Koh, deben asegurarse que todos los dispositivos afectados sean reemplazados tan rápida y eficientemente como sea posible. De las crisis también se aprende.


PUBLICADO: 29 de septiembre de 2016