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23F: Guaidó aspira movilizar 1.000.000 de voluntarios para traer ayuda humanitaria

No es la primera vez que en Venezuela se vive la sensación del "choque de trenes", pero esta sábado 23 de febrero promete ser una suerte de "Día D", porque la Asamblea Nacional -"sí o sí" como dice el presidente del parlamento y mandatario internino, Juan Guaidó- aspira a movilizar a cerca de 1.000.000 de voluntarios para comenzar a canalizar los envíos de ayuda humanitaria internacional, valorados en más de USD 100 millones, en todo el territorio nacional, mientras la administración de Nicolás Maduro movilizará masivamente tropas y el PSUV tratará de echar el resto con su propia movilización nacional.

Pero, eso no es todo. A la iniciativa de magnate británico Richard Branson de organizar un gran concierto, llamado "Venezuela Aid Live", en la frontera con Colombia, donde participarán más de al menos 30 figuras internacionales de la música y presidentes de países de América Latina, como Iván Duque de Colombia y Sebastián Piñera, de Chile, se suma el concierto del marudismo, "Hands Off Venezuela", que se realizará en el Puente Simón Bolívar.

En la iniciativa de Branson se espera recaudar más de USD 100 millones adicionales en donativos internacionales para ayudar a mitigar la crisis alimentaria y de salud de poblaciones vulnerables en el país, mientras que el objetivo confeso del ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, es "ayudar" a resolver la "crisis humanitaria" que supuestamente viven los habitantes de Cúcuta con campamentos de servicios médicos y el reparto de 20.000 cajas CLAP.

Lo más preocupante, sin embargo, es el discurso de ciertos voceros chavistas, como Pedro Carreño, quien declaró cosas como "Venezuela tiene fusiles Dragunov, a los que le tiene miedo la OTAN y el gobierno norteamericano. Son los que utilizan francotiradores, donde cada proyectil es un enemigo abatido”. 

En todo caso, las fuerzxas democráticas que hacen vida en la Asamblea Nacional están organizando movilizaciones en todo el territorio del país para que los voluntarios que harán pasar y distribuirán la ayuda humanitaria puedan trabajar con el apoyo de la ciudadanía que padece la crisis que los voceros de la administración Maduro insisten en negar.

¿Punto de quiebre?

Sin duda, la crisis política y humanitaria que sufre Venezuela se ha convertido en un asunto global, no solo en el plano geopolítico, sino en muchos otros ámbitos. Artistas, empresarios, representantes de organizaciones no gubernamentales, "influencers" están en intensa campaña para denunciar ya no tanto la ilegitimidad de Nicolás Maduro como mandatario, sino la crisis en la que su gestión ha sumido al país y sus prácticas abiertamente autoritarias y no democráticas.

En redes sociales, la idea de un concierto con reparto de cajas de comida en la frontera genró un rápido repudio. En una rueda de prensa, realizada en la sede de Voluntad Popular, Guaidó dijo que esta nueva iniciativa del madurismo no cambiará la estrategia de la AN en cuanto a la disposición de la ayuda humanitaria.

El parlamentario y mandatario interino ironizó sobre la idea de repartir 20.000 cajas CLAP, al señalar que esto demuestra que no bloqueo internacional y que tampoco se justifica la irregularidad de la distribución de este subsidio a las comunidades pobres del país.

Como parte de la estrategia, los partidos que hacen vida en la AN organizaron campamentos "humanitarios" de atención de salud en zonas populares del país, los cuales permiten levantar información sobre las necesidades reales de ayuda que existen en esas colectividades. Entre los resultados vistos, aparecieron brotes importantes de tuberculosis, escabiosis, enfermedades infecciosas, casos de desnutrición aguda con niños de baja talla, embarazos adolescentes no atendidos, entre otros problemas.

Golpe y contragolpe

El escenario político venezolano ha registrado, en cosa de mes y medio, un cambio dramático e inesperado que sorprende a más de un analista. El politólogo Ricardo Ríos, presidente de la consultora Poder & Estrategia, dijo a PRODUCTO, en diciembre pasado, que no se esperaba que la oposición política cumpliera un rol relevante este año contra la administración de Nicolás Maduro.

Para Ríos, era previsible que la presión internacional contra Maduro escalara como lo ha hecho. Los grandes problemas que debía enfrentar el mandatario serían básicamente financieros. Estaba claro que el madurismo enfrentaría una conflictividad social mucho mayor, pero no se veía claro que hubiera articulación estratégica para alcanzar una posibilidad de cambio.

Resulta que ahora el chavismo está en clave reactiva, sin su acostumbrado control de la agenda política, con muchos de sus dirigentes desaparecidos de los espacios de formación de opinión, con poca capacidad de gestión, y dedicado a replicar las estrategias de una Asamblea Nacional que está claramente a la ofensiva.

Desde el punto de vista comunicacional, ambos sectores muestran claramente sus respectivas fortalezas y debilidades. Maduro hace gala de su presunto control de la Fuerza Armada con muchas actividades y discursos en cuarteles; sin embargo, se ha hecho evidente su restringida capacidad de movilización social. El rechazo se hace difícil de ocultar, lo que ha convertido al chavismo en un movimiento que debe teatralizar demasiado sus eventos.

Por otra parte, aparecen frecuentemente testimonios en redes sociales que hablan de presiones, amenazas, controles y otras prácticas de coacción para movilizar.

La AN ha conseguido un liderazgo carismático, pero evidencia la debilidad que supone no tener espacios de acción institucional claros, todavía bajo control de Maduro. Uno de los discursos más reiterados de Juan Guaidó es buscar el apoyo militar a la transición democrática, pero hay nerviosismo en su entorno político, porque parece que la FAN no termina de reaccionar, a pesar de que, según el dirigente, 80% del sector castrense también "quiere cambio".

Al contrario del Madurismo, la AN no solo muestra capacidad de movilización y respaldo activo en todos los sectores sociales, sino vinculaciones con organizaciones y grupos de presión que serán vitales para una eventual recuperación de la economía y superación de la crisis humanitaria.

 

 


PUBLICADO: 18 de febrero de 2019