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Diarios y revistas a futuro

 

La dura realidad que se impone a los medios impresos en el mundo y más aun en Venezuela, los obliga a atrincherarse para tratar de interpretar las señales del entorno  y redescubrir los espacios que puedan para mantenerse ante sus lectores.

Por una parte tenemos la realidad global, tenemos mayores costos de materia prima, costos de distribución cada vez más pesados para sostener a un producto cuya ventaja debería ser precisamente su bajo costo para ser verdaderamente masivo. Por otra nuestra realidad local como País.

Por la parte global, vemos las tendencias mundiales y sabemos que tarde o temprano se impondrán de la misma manera en nuestro patio. Por otra parte, tenemos nuestra realidad local, que dicho sea de paso, se nos hace harto más complicada por las características políticas cuya ideología apunta a un manejo comunicacional único, lo que pone en peligro de extinción a los medios privados en general. A esto debemos sumarle el nada inocente control de la materia prima en la parte de los impresos, que está concentrado en manos de un único proveedor gubernamental.  Este nuevo entorno nos obliga a  redescubrirnos, ver cómo lograr la subsistencia de un medio impreso sin papel, y para ello ver como  algo indiscutible, la inmediatez de las nuevas formas de enterarnos de cualquier hecho comunicacional, lo que nos impone, primero, la inscripción obligada en esa veloz carrera, y más allá de eso, a buscar sin demora el espacio en esas redes sociales como única posibilidad de subsistencia, por lo que debemos diferenciarnos de alguna manera del vasto entorno comunicacional.

Esto nos lleva a una posible solución; el hiper-regionalismo y  la profundización en la investigación de la noticia. Una herramienta atractiva que nos diferenciaría de un competidor de otra región, y que con su profundidad, nos diferenciaría de un competidor local.

Todas las señales nos orientan a la saturación de información dentro de un tiempo humano finito, imposible de agrandar, vemos como se nos hace difícil mantenernos al día con nuestro entorno social, familiar, con nuestros correos electrónicos, redes sociales, trabajo y estudios, actividades deportivas y espacio para descansar.

Es por ello que es imperativo redefinir el cómo. Debemos tratar de llegar a ese escaso pedacito de tiempo que le queda al lector y establecer la diferenciación de contenidos de alguna manera. La hiper-regionalización, y la profundización de contenidos se nos antojan como posible solución. Pero eso, sólo, no conlleva a nada si no levantamos a nuestros seguidores-lectores, y por ende, a nuestros anunciantes.

Los tiempos han pasado, hemos visto el fax, los blogs, los mails, los chats, y pare de contar. Quizás en Venezuela, por razones políticas, estamos sedientos de información instantánea, lo que nos lleva a una inversión inusual de tiempo en manejo de noticias, y nos convierte en entes muy informados de titulares, pera nada profundos de detalle ni de contenido. Por ello, es un reto inmenso para una agencia publicitaria, ver el momento histórico, y tratar de hacer para su cliente una inversión justificada ante el gigantesco abanico de oportunidades.

Los venezolanos no escaparemos a las tendencias mundiales. Es probable que por costos,  los avances tecnológicos lleguen con retraso, es seguro que ante el desastre económico en el que nos hayamos sumergidos se creará una brecha técnica ante otros países, eso tristemente nos tomará varios años para emparejarnos de nuevo, si y solo si, cambiamos un modelo irreal por uno global.

 

Carlos Carmona

 

Presidente Diario El Impulso 

Fundado en 1904   

presidencia@elimpulso.com

 


PUBLICADO: 15 de junio de 2016