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Dios Salve a la Reina… Pepeada

El deseo de una emprendedora publicista venezolana de llevar a la capital del Reino Unido los sabrosos quesos criollos, terminó convirtiéndose en un espacio en el que las nostalgias por el terruño son aliviadas y que sirve de vitrina para que el británico y de otras nacionalidades conozcan los sabores que representan a este lado del Arauca vibrador.

María Alejandra Almenar/ @mariale_almenar

La diáspora no sólo ha traído tristezas. Los sabores, colores y costumbres venezolanas han llegado a los lugares más recónditos del mundo y la cosmopolita Londres no puede ser la excepción. De la mano de Érika Urvina, Liqui Liqui London es la casa que recibe  a los venezolanos de paso o migrantes en las tierras de los Rollings Stones.

De una importadora, pasando por un restaurant a una distribuidora de productos congelados, la apuesta de esta emprendedora –publicista de profesión- ha dado frutos en un país que se podría suponer poco receptivo a nuestros variados sabores. Una muestra más de que Venezuela vale el esfuerzo, tanto dentro como fuera de ella.

El queso de la tostada

Si se le pregunta a un venezolano fuera del país qué es lo que más extraña de su tierra, después de su familia y el clima, seguramente responderá que el queso blanco. Es uno de los productos más representativos de nuestra mesa y aunque la arepa ya es universal y acepta cualquier relleno, el queso blanco es su compañero por excelencia y la causa de muchos despechos emigrantes.

Complacer el antojo de la nostalgia fue la principal motivación de Érika Urvina, directora de Liqui Liqui London: abrir una compañía bajo la cual pudiera llevar a Inglaterra, los añorados quesos criollos. “Liqui Liqui originalmente nació como compañía importadora de productos en febrero del 2014, comenzamos solo con los quesos y actualmente manejamos una línea mucho más amplia de los productos que tanto amamos y extrañamos los venezolanos. Pero fue hace dos años atrás cuando en mayo del 2016 cuando abrimos oficialmente las puertas de nuestra casa, nuestro café/deli/restaurant, en el Sur Oeste de Londres, muy cerca de Wimbledon”.

La respuesta por parte del público fue tan buena que el negocio creció, recuperando la inversión inicial durante el primer año, para posteriormente convertirse en un restaurant e importadora de otros muchos productos, lo que derivó en una constante reinversión de recursos para el crecimiento del negocio. “En realidad la inversión inicial fue relativamente poca cuando empezamos a importar. Con el tiempo, el mismo mercado y la demanda nos han obligado a crecer y a reinvertir. Hoy en día manejamos tres líneas diferentes de negocio: la importadora, la distribuidora y fábrica de congelados y el restaurant por lo que la inversión siempre ha sido necesaria en todo nuestro proceso”.

“Al principio es muy difícil reconocer a los venezolanos, porque en general ellos  buscan  mezclarse muy bien y se adaptan  muy rápido dentro de la comunidad. Pero una vez que tienes la oportunidad de conocerlos y hablar con ellos, es muy fácil darse cuenta que son una nación de emprendedores naturales (casi todos o tienen  un negocio o quieren tener uno)".

El saldo de esta aventura, ha sido siempre positivo. Así lo asegura Urvina, quien habla emocionada de su negocio, tanto por sus ganancias económicas, como por lo que representa a nivel cultural, ya que además de mostrar en una ciudad multicultural la gastronomía venezolana.

El local también ha servido de vitrina para recibir a diversos exponentes de las artes que lo han usado como tarima para mostrarse en el Reino Unido.  Además, Liqui Liqui se ha convertido en un lugar de encuentro para la creciente comunidad venezolana en Londres. “El negocio ha crecido lento pero seguro. Ha sido capaz de ir cancelando  sus compromisos  y  de expandirse  de acuerdo a la demanda del mercado. Personalmente hablando, Liqui Liqui es mi bebé. Desde antes de nacer ya lo soñaba con mucha ilusión y ahora que lo veo crecer y agarrar forma, que la gente lo quiere y lo siente como parte de su rinconcito familiar, me llena de satisfacción,  además de brindarme nuevas oportunidades. Sin querer me ha regalado la alegría (a punta de trabajo) de ser una representante  de mi tricolor por estas tierras, dándome la oportunidad de  apoyar el talento venezolano en todas sus presentaciones artistas, deportistas, profesionales y cualquier forma”.

Haciendo lo posible

Mantenerse abastecidos de productos venezolanos no es tarea fácil. El proceso comienza por importar desde cualquier  parte de Europa en los que se encuentren los anhelados insumos, lo cual muchas veces depende de los mismos productores venezolanos, pero no es el único reto que deben enfrentar.

Posicionar la comida venezolana en un mercado con tantas ofertas es un reto que en Liqui Liqui London han sabido afrontar con los pantalones bien puestos. Érika Urvina cuenta que la convicción tuvo que entrar por casa. “Primero fue enseñar a mi esposo Ryan, conocido como Mr. Tequeño que la comida venezolana era un concepto que se podía comercializar y que llegaría a gustar tanto, que se convertiría en parte del día a día de muchos británicos.  Superada esa parte, tocó  convencer al resto del público como se come a “la venezolana” pero viviendo en UK y por último pero no menos difícil,  las largas horas de trabajo sin parar. Prácticamente toda nuestra vida gira en torno a Liqui Liqui y estamos súper orgullosos de que así sea. Como dicen aquí “Nothing worth having comes easy”.

Para darse a conocer, la directora de Liqui Liqui London -quien también es publicista- dedicó inicialmente el 10% de su presupuesto anual a difundir su trabajo a través de medios impresos y redes sociales. Pero, en la medida que el negocio ha crecido, este presupuesto también lo ha hecho y ahora destinan hasta un 25% de su presupuesto a un equipo de fotógrafos, diseñadores y a la combinación de distintas estrategias. “La inversión publicitaria siempre ha sido parte de nuestro plan. Hemos hecho publicidad en medios locales impresos e inversión en redes sociales, normalmente entre un 8 y 10% del presupuesto. Hacemos campañas aún más fuertes cuando tenemos eventos especiales, en donde la inversión puede elevarse hasta un 25%”.

Repartiendo gentilicio

Érika Urvina no está sola en Liqui Liqui London. En realidad el exitoso emprendimiento es una empresa familiar gerenciada por ella y su esposo, el británico Ryan Mark Gilbert, quien ejerce las funciones de gerente general y Head Chef y quien ya es conocido por sus clientes como Mr. Tequeño.

Al respecto, el Head  Chef comenta: “Al principio es muy difícil reconocer a los venezolanos, porque en general ellos  buscan  mezclarse muy bien y se adaptan  muy rápido dentro de la comunidad. Pero una vez que tienes la oportunidad de conocerlos y hablar con ellos, es muy fácil darse cuenta que son una nación de emprendedores naturales (casi todos o tienen  un negocio o quieren tener uno). He conocido profesionales tales como abogados o ingenieros que no les importa comenzar de cero trabajando como niñeras o como personal de limpieza para abrirse paso aquí y a su vez poder ayudar a su familia en Venezuela. En general vienen muy preparados, con buenos valores familiares y ni hablar de lo recursivos y adaptables que son”.

¡San Juan todo lo da!

No puede haber un emprendimiento venezolano en el mundo que no tenga por razón social ayudar a sus coterráneos. Liqui Liqui London realizará este año, el 24 de junio en el AFC Wimbledon Stadium, una nueva edición de su fiesta de San Juan. La celebración de uno de los santos patronos más queridos del país sirve de excusa para reunir a la comunidad latina en Londres. Este evento que se hará para difundir una de nuestras principales tradiciones, también servirá para recoger –al ritmo de tambores- insumos médicos que serán enviados a Venezuela a través de las ONGs Healing Venezuela y A Hand for Venezuela.

Con respecto al futuro de su negocio, las expectativas son optimistas. Consideran que aunque sea a través de un proceso lento, la gastronomía venezolana puede llegar a formar parte de la rutina londinense, como lo ha hecho la mexicana o la italiana, por lo que no descartan que su negocio pueda convertirse en una franquicia en el futuro.

Después de todo, si Megan Markle ya es princesa, no es imposible que llegue a Buckingham una reina pepeada.


PUBLICADO: 11 de junio de 2018