Youtube

Prensa independiente es libertad

Era febrero de 1936. Caracas amanecía sin diarios y con música en sus emisoras. Se realizaba la mayor protesta pacífica en Venezuela contra la creación, por parte del presidente general Eleazar López Contreras, de una Oficina de Censura y la aplicación de un decreto de suspensión de garantías constitucionales, entre ellas la libertad de prensa.

El día anterior, los diarios El Universal, Ahora, La Esfera, El Heraldo y La Religión y las emisoras Radio Caracas, Radiodifusora Venezuela, Ecos del Ávila y Ondas Populares difundían un comunicado en el que se solidarizaban con los estudiantes quienes, dirigidos por Jóvito Villalba, habían iniciado una serie de manifestaciones.

“Corresponde a la prensa en todo el país democráticamente constituido, una elevada misión de crítica, de enseñanza y de justicia que tienda a corregir los errores, señalar los elementos perniciosos, desenmascarar los manejos ilegales...”, era parte del comunicado firmado por editores, directores de diarios y propietarios de estaciones de radio en el que anunciaban además la paralización de sus actividades informativas.

Ese día en el que Caracas amaneció sin diarios, los estudiantes invitaban a una gran concentración. Treinta mil personas se agruparon en la Plaza Bolívar y mientras se turnaban los oradores, la Gobernación comenzó a disparar. Seis muertos y decenas de heridos fue el saldo. Sin embargo, en la tarde, la multitud se reagrupó en una concentración de mayores dimensiones. Un grupo fue recibido por López Contreras, quien destituyó al Gobernador y ofreció restituir las garantías. Cumplió su promesa.

Así se conquistó la libertad de prensa en Venezuela en el siglo XX, historia que recordamos como una de las numerosas luchas que se han dado para detener los abusos contra un derecho tan fundamental del ser humano, que abarca las demás libertades públicas.

La Declaración Universal de Derechos Humanos asegura que todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye no ser molestado a causa de sus opiniones, investigar y recibir informaciones y opiniones, y difundirlas por cualquier medio de expresión. La Carta Democrática afirma que el ejercicio de la libertad de expresión es un componente fundamental de las prácticas democráticas. De modo similar lo expresa la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

La prensa libre es, en este contexto, piedra angular para la democracia. No en balde para escritores como Mario Vargas Llosa, no existe mejor barómetro de la libertad de un país que leer sus periódicos. El rol del periodismo en una sociedad democrática es mantenerla informada, justamente para que el ciudadano pueda elegir el gobierno democrático que merece.

Así pues, los medios independientes juegan un papel fundamental no sólo en la participación ciudadana, sino en la defensa de sus derechos, en la transparencia y rendición de cuentas de los gobiernos y de la empresa privada, y en la promoción de un verdadero estado de derecho.

Si bien, luego de aquel día sin prensa en 1936 ha habido tensiones entre los gobiernos democráticos de turno y los medios independientes, nunca como hasta ahora los medios privados han sido doblegados para subsistir. Han reducido sus espacios de opinión al mínimo. La prensa escrita, de apenas unas páginas, tiene cada vez menos espacio para la crítica o la investigación.

En paralelo, el Gobierno, sin comprender que la información es progreso y democracia, persiste en una hegemonía comunicacional y en limitar el acceso de la información a los medios que no dependen del Estado. Asecha a quienes difunden versiones diferentes a la verdad oficial, aplica sanciones administrativas, llena de demandas a periodistas y cierra medios independientes.

No recuerdan que un pueblo es verdaderamente libre en la medida en que tiene a su disposición toda la información para tomar decisiones. Pero parece que tampoco se acuerdan que en la Unión Soviética solo existió la verdad oficial pero tapar la realidad que se vivía en la calle no fue suficiente para evitar el desplome del sistema comunista.

Cada vez son menos los venezolanos engañados por esa verdad oficial. Defender el derecho a expresarnos es asumir ser libres pues, en el fondo, todo proceso democrático es un proceso de comunicación. En eso no podemos claudicar, que como decía Goethe, “la libertad, como la vida, sólo la merece quien sabe conquistarla todos los días”.

 

Gerardo Blyde

 

Político, abogado constitucionalista
@GerardoBlyde

 

 


PUBLICADO: 15 de junio de 2016