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Sin medios libres no hay democracia

La Relatoría para la Libertad de Expresión de la OEA ha señalado que: “La libertad de expresión es una piedra angular en la existencia misma de una sociedad democrática. Es indispensable para la formación de la opinión pública”. En sentido, la prensa hoy en día –en papel o Internet-- ha jugado un papel fundamental en la comunicación política y en el acceso al poder y su ejercicio. Precisamente por ello, los periódicos impresos y digitales son objeto de ataques por parte regímenes de Gobierno que no llevan en sus genes la libertad de expresión y para quienes la democracia se reduce a eventos electorales, siempre que ellos sean mayoría.  

Hoy, estos regímenes han abandonado (aunque no totalmente) mecanismos grotescos como el cierre de medios y la censura directa. Actualmente apelan a mecanismos “indirectos” para restringir la información y censurar la disidencia. Al respecto, volvemos a citar a la Relatoría de la OEA: “no se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas, o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones”. En efecto, hoy en día son muchos los mecanismos indirectos que se usan para atacar la libertad de prensa desde el poder en los regímenes neoautoritarios, entre ellos los más lesivos, cuya vigencia en nuestro país podrá el lector precisar sin mucha complicación, son:

a) Publicidad: Consiste en desalentar a los anunciantes con amenazas veladas para que dirijan sus inversiones hacia medios dóciles, bien vistos por el Gobierno. También puede consistir en el retiro de las inversiones publicitarias del sector oficial lo cual además constituye una descarada forma de corrupción.

b)Medios de Producción: Concretamente en el caso de la prensa, la constitución de un monopolio estatal en la distribución de papel periódico por medio de la denominada Corporación Alfredo Maneiro, ha hecho casi inviable la operación de muchos diarios de circulación regional y nacional. Otra forma muy efectiva de alcanzar este objetivo, es la restricción del acceso a las divisas que impide a los medios importar lícitamente papel periódico u otros insumos fundamentales, como planchas o tintas.

c)Concentración de Medios:Es la materialización de la llamada hegemonía comunicacional. Consiste en asumir la propiedad de medios recientes o tradicionales para colocarlos al servicio del régimen y anular las líneas editoriales críticas. Puede ser hecha de manera directa, lo que implica el uso de recursos públicos para la constitución de nuevos medios o la apropiación  de señales y equipos e instalaciones privadas en funcionamiento; y la indirecta que consiste en utilizar interpuestas personas para adquirir medios impresos y radiales o televisivos, para cambiar líneas editoriales incómodas.

d) Apropiación de Espacios:Mediante normas legales se apropian de espacios en los medios, bajo la excusa de ser destinados a la difusión de mensajes de “responsabilidad Social” cuando realmente contienen propaganda política en favor del Gobierno y hasta de sus candidatos en tiempos electorales. Una práctica muy usual en Venezuela, al igual que las cadenas oficiales de radio y TV.

e)Autorizaciones, habilitaciones y Concesiones: Se trata de revocar o no renovar los permisos necesarios para que los medios operen legalmente. Sencillamente se dejan vencer las concesiones o habilitaciones y no se da respuesta a las peticiones legítimas y apegadas a la ley por parte de quienes venían operando el medio respectivo. Esta situación de limbo o incertidumbre en la renovación de estos instrumentos, genera una autocensura de los medios ante el temor de obtener una respuesta negativa a la petición de renovación.

f)Procedimientos Sancionatorios: Estos procedimientos pueden derivar en suspensiones temporales o en multas de alta monta, con ellos se logra estimular la autocensura. Suelen estar precedidos de fiscalizaciones que de suyo infunden temores y excesos de prudencia en la línea editorial del medio fiscalizado.  

g)Leyes de Desacato:Se trata de la promulgación de normas penales para “proteger” el honor y reputación de las instituciones y funcionarios públicos como es le caso del Vilipendio y el Ultraje. Estas normas son utilizadas para incriminar a medios y periodistas generando autocensura.

h) Juicios por Difamación: En el mismo sentido de las leyes de desacato, funcionarios públicos de alto nivel accionan penalmente a título personal, contra quienes difundan información incómoda invocando el derecho a no ser difamado o calumniado. Por esta vía se logran incluso medidas preventivas que afectan a medios, editores y periodistas generando una autocensura visible, con notables excepciones, como las de El Nacional y Tal Cual, que con sus directivos enjuiciados siguen con su misma línea editorial.

Ante esta avanzada contra los medios, muchos organismos multinacionales e iniciativas gremiales privadas han librado una batalla persistente, tal es el caso de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), la Asociación Interamericana de Radiodifusión (AIR), Reporteros Sin Fronteras y la propia Relatoría de la OEA. Pero a no dudarlo, quienes debemos repudiar con más énfasis estas nuevas formas de atropello a la libertad de expresión y a la comunicación política, somos los ciudadanos que deseamos vivir en libertad y en democracia. Es a nosotros a quienes corresponde levantar la voz a favor de una prensa libre.

Juan Manuel Raffalli

Abogado. Profesor de la UCAB y del IESA.

Directivo de la Asociación Nacional de Anunciantes.

 

 

 

 


PUBLICADO: 14 de junio de 2016