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El hard rock de los bodegones

 

Si no es el primero, igual hay razones más que suficientes para ubicarlo en la cima. Por los montos que factura mensualmente. Por los containers de mercancía que llegan semanalmente a su puerta. Por los depósitos (una docena, en total) que ha tenido que alquilar para guardar los productos. Y porque el Bodegón Actual, ubicado en uno de los sótanos del Hotel Eurobuilding, acaba de abrir un segundo local en el último piso del centro comercial Sambil, justo donde antes estaba ubicado Hard Rock Café. Y con acceso propio.   

Casi 900 metros que incluyen la zona de anaqueles y, por supuesto, la terraza con tres mini tiendas y food truck para que los clientes puedan beber café y comer algún postre. Amén de las oficinas administrativas de la compañía y un área de comedor para los empleados. 

Todo diseñado por el arquitecto Alfredo Mata con bloques calados, rodapiés altos de madera y pasamanería, y decorado con una estética pop. Como si fuera una instalación de la casa Lego. En tres colores: amarillo, azul y rojo, aunque en tonos degradados.

Fue Freddy Cohen, dueño del Sambil, quien le propuso al dueño del Bodegón Actual abrir allí una nueva sede. Y Ramón Altuna aceptó, aunque con una condición: que le permitieran acondicionar la rampa trasera del centro comercial para convertirla en un estacionamiento vip para sus clientes. Esto es: la que se suele usar para introducir la mercancía a los niveles superiores y también para descargar los desperdicios del Sambil.

Y dicho y hecho. De 7:00 a 10:00 de la mañana se supone que la puerta está abierta para los proveedores y para el camión de la basura. Y de 10:00 en adelante, para los clientes, que, eso sí, deben cancelar cinco dólares (US $ 5,0) por el privilegio de estacionar allí.

Altuna, que es médico obstetra, graduado en la Maternidad Santa Ana de San Bernardino, y que fue el dueño de la clínica Vita California así como de un ambulatorio en Clínicas Caracas, decidió más de cinco años atrás despedirse de la medicina para dedicarse por completo a las ventas y a los negocios.

Es el representante de las marcas Polo, Michael Kors y Psycho Bunny en Venezuela. Pero ha sido con el Bodegón Actual, que inauguró en 2018 en un pequeñísimo local del Hotel Eurobuilding, con el que las ha pegado del techo. Tanto que meses después montó una juguetería en el local de al lado. Una tienda de teléfonos móviles y televisores. Y otra de ropa de caballeros. 

Con todo, no admite tener el “bodegón número uno” del país. Pero sí el que primero comenzó a vender sus productos (y más aún: a dar  el vuelto) en divisas. Dólares o euros.

Para ello cuenta que viajó primero a Estados Unidos para solicitar el zelle al Bank of America. Y al aterrizar nuevamente en Caracas pidió una reunión con el mismísimo José David Cabello, superintendente del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat). Fue el hermano del número dos del chavismo, Diosdado Cabello,  quien le advirtió que corría el riesgo de ir a parar a la cárcel.

“Pero yo decidí arriesgarme”, respinga Altuna, quien solo asiente cuando se le recuerda que los bodegones no pagan aranceles por los productos importados y, por ende, atentan con la producción nacional. O que solo unos pocos, como él, tienen los permisos para importar. La mayoría, militares. Y lo hacen por toneladas sin rendir grandes cuentas.

Después de todo, le ha dado trabajo a más de 45 jóvenes de escasos recursos a los que, dice, decidió pagar mucho más que los 40 o 50 dólares que cancela la mayoría. “La idea es que estos muchachos se incorporen a la clase media”, explica.

Y en 2022 tiene planificado un nuevo negocio: dedicarse a la producción nacional. Es decir, a confeccionar ropa para damas y caballeros a precios populares. Un pantalón por cinco dólares. Una camisa por cuatro. Por qué no. El cupo de los bodegones, saca cuentas él, ya está saturado.

 

 


PUBLICADO: 26 de octubre de 2021