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Ridery: Uber a la venezolana

Comenzó a funcionar en el país la primera plataforma de movilidad compartida tipo Uber en Estados Unidos, Cabify en España e Easy Taxi en Argentina, Brasil y Bolivia. Un servicio profesional de transporte al que, según Ramón Rodríguez y Gerson Gómez, sus dos creadores, se han apuntado rápidamente ingenieros químicos, militares, arquitectos y hasta médicos en calidad de conductores para sumar ingresos extras

 

No es precisamente Uber, sino una versión tropicalizada del servicio de transporte que desde el año 2012 une a pasajeros y conductores en Estados Unidos y en 179 ciudades del mundo a través de un sitio web o una aplicación móvil. Pero Venezuela cuenta desde el pasado 15 de marzo de 2021 con la primera plataforma de movilidad compartida: Ridery.

Ramón Rodríguez y Gerson Gómez, cuyo rostro barbudo es conocido por ser la cara más frontal de la red de tiendas Hecho en Venezuela Store, son los creadores del nuevo emprendimiento y, por lo tanto, quienes llevan actualmente el volante de Ridery.

Ambos se dedicaron a estudiar el mercado y llegaron a la conclusión de que, con una aplicación digital al estilo Uber, Cabify en España, Easy Taxi en Argentina, Brasil y Bolivia, Ola Cabs en India o Didi Chuxing en China, podrían solucionar tres de los grandes problemas de movilidad de los venezolanos y, de paso, hacer buen negocio.

O más bien: de los caraqueños, pues en una primera etapa solo cubrirán rutas locales y el aeropuerto Simón Bolívar de Maiquetía. Y a partir del 5 de abril incorporarán viajes interurbanos o a las ciudades periféricas como Guarenas, Guatire, San Antonio de Los Altos y Los Teques.

El primero de nuestros problemas de transporte público, enumera Gómez, es que el sector no atraviesa un buen momento. Y no precisamente por causa de la pandemia sino por la crisis económica, por el alto costo de los vehículos, del mantenimiento y de los repuestos. Amén de que es imposible pagar una póliza de seguro. 

El segundo: porque los automóviles no tienen taxímetros como en otros países. Así que  los clientes no saben cuál es el precio verdaderamente razonable por el servicio. El presidente Luis Herrera Campins quiso regular el uso del taxímetro y los taxistas lo boicotearon. Prefirieron discutir el precio de “la carrerita” en lugar de la transparencia de una tarifa. Ridículo, pero cierto.

Y el tercero, porque “no es fácil conseguir un taxi en la calle”. “Nunca sabes cuándo va a pasar”.

Así que por un lado contrataron a un grupo de programadores y en cuatro meses crearon una versión de las aplicaciones digitales para compartir carreras o viajes (ride sharing). Una de las grandes diferencias con Uber, por ejemplo, es que los usuarios no comparten los viajes con otros clientes.

Y por el otro, lado comenzaron a buscar conductores. Con sus respectivos autos, claro. “Al estudiar el mercado, nos dimos cuenta de que todas estas plataformas que ya existen en el mundo han creado una comunidad de clientes basada en las buenas experiencias de viaje. Y sobre todo, que la mayoría de las personas que usan el servicio de Uber tienden a comentar que sostuvieron una conversación interesante con el conductor que los guió”, explica Rodríguez, quien agrega que por ello hicieron hincapié en evaluar el perfil de los conductores. 

Ridery cuenta ya con 300 personas, hombres y mujeres, aprobadas por la compañía, es decir, que tuvieron que mostrar primero los documentos vigentes de su vehículo (licencia de conducir, carnet de circulación, seguro de responsabilidad civil y, por supuesto, cédula de identidad), carta de antecedentes penales, y someterse además a una prueba psicotécnica para ser evaluados en cuanto al uso de lenguaje, modales, trato social, vocación de servicio y responsabilidad laboral, entre otras áreas.

Gerson Gómez y Ramón Rodríguez dicen que han quedado impresionados por haber reclutado profesionales de todas las áreas, abogados, arquitectos, ingenieros químicos, militares y hasta médicos. Y se entiende: el sueldo de un médico no llega en Venezuela a los US $ 10  dólares, mientras que como choferes pueden llegar a embolsillarse entre US$ 700 y 900 dólares mensuales, después de haber pagado la gasolina y haber cumplido con la revisión que se le exige frecuentemente al carro.

No son empleados de Ridery, aclara Rodríguez, pero son tratados igualmente como clientes de la marca. Así que tienen dos tipos de clientes: los que necesitan movilizarse de un lugar a otro. Y los que desean ganar ingresos extras.

El mayor requisito, eso sí, es que sus vehículos sean de alta gama y estén en buen estado. No importa que sean del año 2012 o de 2018. Desde un Toyota Palio hasta una camioneta Fortuner. Ridery cuenta con un concesionario que inspecciona la carrocería de los autos (no pueden tener choques), el motor, el aire acondicionado, las luces, los cauchos y el interior, que sobre todo no debe tener malos olores. Ni siquiera a cigarrillo. Y hasta se les entrega un kit sanitario para mantener la higiene, más ahora en temporada de pandemia. “Lo que buscamos es garantizar el traslado del cliente y que viva una buena experiencia”, coinciden los dos.

Las tarifas de los viajes las calculan con base a los kilómetros del recorrido. Así que los clientes solo tienen que descargar la aplicación (@rideryapp en Instagram, donde ya tienen más de 5.000 seguidores) en sus teléfonos móviles o en sus computadoras, y señalar cuál es el punto de partida y el punto final del viaje. El cálculo se hace de inmediato.

Y los clientes pueden pagar en bolívares en efectivo o en divisas, pero también con pago móvil, tarjetas internacionales o servicios tipo zelle.

Agencia publicitaria no tienen. Pero contrataron a YMComunica como agencia de comunicaciones corporativas y, a manera de estrategia de mercadeo, Ridery decidió cobrar las primeras 1.000 carreras a US $ 2 dólares. Y en los próximos días anunciarán descuentos de hasta 50%.

A diferencia de lo ocurrido en la mayor parte del mundo, cuentan los dueños de Ridery que no han encontrado mayor resistencia de la competencia (líneas como Tele Taxi, Móvil Enlace), que en el pasado solían ponerle “peros” a todos”. Rodríguez subraya que ellos solo vienen a sumar a lo poco que existe, porque cada quien tiene su nicho, y ya dirá el usuario qué tipo de servicio prefiere y con cuál oferta se siente más cómodo.

“Un sector del transporte público ha comenzado a vernos como una solución para los usuarios y una línea de taxis se ha acercado para decirnos que quieren formar parte de Ridery”, apunta él. “La nuestra es para personas que quieran usar una aplicación digital y movilizarse con vehículos de alta categoría y, además, lo quieran hacer con estilo”. 

 


PUBLICADO: 30 de marzo de 2021