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La asfixia económica acaba con los medios de comunicación en Venezuela

La Organización No Gubernamental Transparencia Venezuela señaló que la asfixia económica se ha convertido en el método más eficiente de censura que maneja el gobierno contra los medios de comunicación, luego de analizar qué pasó con 47 publicaciones en ocho estados del país, de las cuales han desaparecido 11, 12 se mantiene con versiones en línea y 24 conservan muy una limitada circulación impresa.

De acuerdo con la investigación, coordinada por la periodista Maruja Dagnino, a los mecanismos de presión económica hay que sumar la presunta corrupción, aplicada a los medios como forma de chantaje para la obtención de papel, como lo denuncia una fuente conocedora del caso de La Verdad de Maracaibo, que señala que su editor debía pagar comisiones, que aumentaban cada tres meses, para conseguir un limitado suministro de papel.

Aunque parezca insólito, aunque no es sorprendente, la crisis de suministro de papel también ha afectado a medios que forman parte de la excesiva y costosa estructura de medios estatales y para estatales, como los de la franquicia Ciudad Caracas, que, según Transparencia Venezuela, dejaron de circular en papel en Maracay, Maturín, Portuguesa, Barinas y Bolívar, mientras que Ciudad Valencia y Ciudad Barquisimeto se convirtieron en semanarios.

El estudio de la ONG se realizó en la Gran Caracas, Carabobo, Bolívar, Lara, Zulia, Táchira, Monagas, Barinas y Monagas. En estas regiones había un total de 47 medios impresos, de los cuales desaparecieron definitivamente: 

-Barinas: La Prensa, De Frente, La Noticia y el estatal Ciudad Barinas.

-Bolívar: El Guayanés.

-Carabobo: Diario La Costa, que se editaba en Puerto Cabello.

-Gran Caracas: El Propio, un diario de corte popular que circulaba básicamente en zonas populares que editaba la casa de El Nacional.

-Lara: El Diario de Lara, que era un vespertino, y el veterano El Caroreño.

-Táchira: Ciudad Táchira, un medio editado por el gobierno.

-Zulia: El Regional.

La mayoría de los medios se refugió en la Web, lo que significó asumir importantes reducciones de ingresos publicitarios. En Barinas solo queda un medio impreso, mientras que en Bolívar, El Correo del Caroní y el Diario de Guayana se mantienen online. La misma decisión tomaron El Carabobeño en Valencia; El Nuevo País, la revista Zeta, TalCual y La Región, de Los Teques, en el área capital; El Impulso en Lara; La verdad y El Oriental, en Monagas; El Diario Los Andes en Táchira; y La verdad, Versión Final y Qué Pasa, en Zulia.

Quedan en papel con tirajes muy limitados y un promedio de 12 páginas por edición: Los Llanos en Barinas; Nueva Prensa, que aparece y reaparece de manera intermitente, y Primicia, en Bolívar; La Calle, Ciudad Valencia y Notitarde convertido en semanario, en Carabobo; La Verdad (Vargas), El Nacional, El Universal, Últimas Noticias -de tendencia pro gubernamental-, Meridiano y 2001, los diarios del Bloque DeArmas -2001 se redujo a tamaño tabloide y se le redujo el número de páginas-, y Ciudad Caracas, editado por el Gobierno.

En Lara circulan ediciones impresas de El Informador y La Prensa de Lara, además del estatal Ciudad Barquisimeto; en Monagas se mantienen con muchas limitaciones El Sol, La Prensa y El Periódico; en Táchira quedan La Nación y El Diario Católico distribuido solo por suscripción; y en Zulia persisten Panorama y Mi Diario.

Esta es la foto quer presenta Transparencia Venezuela a octubre de 2018, pero el panorama sigue siendo muy negativo para la industria privada de la comunicación que, debido a la crisis económica y la represión, va desapareciendo gradualmente, para ser sustituida por una estructura de medios estatales que se utilizan como herramientas de propaganda gubernamental, la cual básicamente se va anidando en la TV abierta y en la radio.

Historias de la censura

La investigación compendia las historias de algunos de los medios más afectados. Por ejemplo, Xabier Coscojuela, director de TalCual, relata la historia de persecución judicial y presión económica que ha vivido por 18 años el medio fundado por el recientemente fallecido Teodoro Petkoff.

"Creo que en Venezuela buena parte de los medios -impresos, radio y televisión-  han cambiado sus líneas editoriales. Ese no ha sido el caso de TalCual", recalca Coscojuela, quien no deja de mecionar en su testimonio para Transparencia Venezuela, las presiones que hubo contra anunciantes por invertir en este medio, cuando era impreso.

Emilio Materán, director general de La Región de Los Teques -medio del mismo grupo que edita La Voz, antes La Voz de Guarenas, que mantiene su circulación impresa, señala que "hubo amenazas" para que vendieran, pero no se concretaron en más medidas de presión. "“La crisis nos ha afectado brutalmente. Tres insumos (papel, tinta y planchas) son impagables a dólar libre. Además, tenemos un producto cuyo costo no puede ser dolarizado. Un periódico vale hoy 10 bolívares soberanos”.

Versión Final de Maracaibo vendía más de 20.000 ejemplares por día y llegó a un pico de 35.000 en 2016. Era una propuesta editorail más fresca y arriesgada frente al gigante histórico Panorama, y a los nacionales El Universal y El Nacional, que vendían muchos periódicos en la región zuliana.

La situación económica y la escasez de papel, cortesía del Complejo Editorial Alfredo Maneiro (CEAM), el monopolio estatal para la distribución de papel imprenta, hizo que el rotativo maracucho redujera su tiraje a 10.000 ejemplares por día con ediciones de apenas 20 páginas en 2017. La línea editorial independiente se mantuvo, pero a un alto costo.

De los cinco diarios que circulaban en Zulia durante 2017, solo queda Panorama, con una línea editorial que apuesta por la imparcialidad ante la situación política del país.

La historia de Versión Final, según Transparencia Venezuela, tiene otro elemento particular, pero según el testimonio de un ex empleado a la ONG, los editores se veían obligados a supuestamente pagar "mordidas" para que hubiera un suministro más o menos regular de papel periódico, por parte de la CEAM. Aparentemente, así ocurrió hasta que no hubo más papel.

En el resto de las regiones, esta historia de asedio y derribo no es diferente. La combinación perversa entre crisis económica y represión política deja como secuela un país mucho menos informado, y, por lo tanto, menos consciente de las implicaciones de las decisiones que originan la situación precaria en la que viven sus habitantes. Queda claro para qué era la hegemonía comunicacional.

 

 

 

 

 

 

 

 

 


PUBLICADO: 12 de noviembre de 2018