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BCV regula duramente liquidez bancaria para "estabilizar" el dólar en BsS 3.300

Ya se van aclarando las cosas. El Banco Central de Venezuela (BCV) oficializa que actuará como "ancla cambiaria" en el mercado cambiario, en función de mantener una paridad única de BsS 3.300 por dólar, o BsS 3.773,7 por euro, que fue la cotización oficial de 28 de enero de 2019.

La nota de prensa del ente emisor señala que, además, se establecerá un encaje legal de dos niveles: unos de 57% para los depósitos -que estaba en 30%- y de 100% para las reservas excedentarias, o encaje marginal.

Con esta idea, el BCV establece una restricción de liquidez permanente a la Banca, con la intención de mantener bajo control la demanda de divisas. Además, "el BCV inyectará o retirará los bolívares necesarios a las entidades bancarias para mantener un nivel de agregados monetarios consistentes con la meta de tipo de cambio definido y de manera semanal".  

El gobierno espera con estas decisiones controlar la hiperinflación que, por cierto, el BCV reconoce.  "Con estas acciones se busca estabilizar el tipo de cambio y con ello abatir de manera progresiva y definitiva la hiperinflación, con el objeto de proteger el poder adquisitivo de los venezolanos".

El economista César Aristimuño, presidente de la consultora Aristimuño, Herrera & Asociados y editor del portal Banca&Negocios, dijo a PRODUCTO que, en principio, atacar la hiperinflación con el tipo de cambio como herramienta no parece acertado, pues no existe una correlación entre el aumento de los precios y la devaluación.

"Según los datos que manejamos, la devaluación en 2018 fue de 80.000%, mientras la inflación se ubicó en alrededor de 1.700.000%, lo que significa que las estrategias de manipulación cambiaria no necesariamente sirven, en este contexto, para enfrentar el descontrol de precios", apunta el economista.

Aristimuño muestra suspicacia sobre las decisiones del emisor en cuanto a su efectividad, pero sí advierte que la Banca queda en una situación muy compleja, tanto en el ámbito de los ingresos y la rentabilidad por la restricción del crédito, como en el de los gastos, ya que el incremento de la tasa Dicom implica que los egresos del sistema aumentan efectivamente, ya que esa es la tasa oficial de referencia.

"Habrá que ver si el mecanismo de control de la liquidez que anuncia el BCV funciona".

Es "suicida"

El economista Asdrúbal Oliveros reaccionó rápidamente en Twitter, donde señaló que "es suicida pretender 'estabilizar' el tipo de cambio ahorcando al sistema financiero, sin corregir los profundos desequilibrios de la economía venezolana, especialmente en los frentes externo, fiscal y monetario. No es sostenible".

Y añade: "el Banco Central juega con fuego, y somete al sistema financiero a un stress en extremo peligroso, en medio de una dinámica política y económica bastante compleja".

Ciertamente, la restricción de liquidez a la Banca parece extrema, excesiva, lo que tendrá tres impactos potenciales muy claros: el primero es que podría causar una crisis de liquidez en el sistema, que puede sacar a varias instituciones de compensación y generar profundos problemas operativos.

La otras dos consecuencia son que, al contraer el crédito interno, el gobierno bloquea la posibilidad de que los bancos sean rentables y, lo que es aún peor, que lo que queda de tejido empresarial pueda hacer negocios, e incluso pagar gastos elementales.

Aquí el texto completo de la nota oficial de Banco Central de Venezuela:

El Directorio del Banco Central de Venezuela (BCV), mediante las resoluciones 19-01-04 y 19-01-05, implementará un objetivo de ancla cambiaria y la aplicación de un nuevo encaje legal de 2 niveles: un ordinario de 57% y un marginal del 100%.

Con el objetivo de lograr la estabilidad en materia cambiaria, monetaria y detener la hiperinflación se ha decidido intervenir en el mercado cambiario con la meta de estabilizar el tipo de cambio en alrededor de 3.300 Bs por dólar (3.773,7 Bs por euro), cotización oficial del día 28 de enero de 2019. 

Dicha intervención cambiaria, que se realizará en articulación con la Política Económica del Ejecutivo Nacional, en el contexto del Programa de Recuperación Económica, Crecimiento y Prosperidad, se aplicará a partir del 29 de enero de 2019 y se instrumentará a través de las entidades del sistema bancario, las cuales ya han sido informadas del funcionamiento del mecanismo. 

La medida radica en que el BCV inyectará o retirará los bolívares necesarios a las entidades bancarias para mantener un nivel de agregados monetarios consistentes con la meta de tipo de cambio definido y de manera semanal.   

Por otra parte, el encaje legal se comenzará a constituir a partir del 11 de febrero de conformidad con la normativa aplicable para el efecto.

Con estas acciones se busca estabilizar el tipo de cambio y con ello abatir de manera progresiva y definitiva la hiperinflación, con el objeto de proteger el poder adquisitivo de los venezolanos.

¿TARDE PIASTE, PAJARITO?

Acicateado por la crisis, el gobierno intenta hacer lo que ha debido desde 2013: buscar una estrategia antiinflacionaria. Sin embargo, no se puede dejar de preguntar si esta "unficación" cambiaria con intervención constante que intenta el BCV no llega demasiado tarde.

El asunto es político, claro. Actualmente, la supervivencia de Nicolás Maduro en el poder fáctico del país está en tela de juicio, amenazada, quizás, como nunca antes, por lo que los propósitos de enmienda pueden parecer brazas desesperadas de alguien que quiere evitar ahogarse, dando la impresión de que no se está ahogando.

Al final, lo que el BCV oficializa es lo mismo que aspiraba que pasara con el Dicom, solo que no fue capaz de instrumentar un régimen creíble, porque su falta de transparencia y una oferta que no era representativa del mercado, lo impidieron. Esta última condición, que es crítica, no ha cambiado; es más, con las sanciones impuestas a Pdvsa por Estados Unidos, el ingreso de divisas para alimentar un mercado cambiario con una paridad única puede ser el gran problema sin solución de este nuevo esquema.

Porque el problema no es controlar el flujo de bolívares para que los venezolanos "ambiciosos" y, especialmente, los "burgueses" puedan comprar dólares; el problema real es que los venezolanos que necesitan divisas no tienen garantía de obtenerlas.

El gobierno, por un lado, pone a la Banca en una situación de alto riesgo y, por el otro, sacrifica ya no una posibilidad de crecimiento económico -para la cual es indispensable el crédito-, que no existe, sino la posibilidad de supervivencia para muchas empresas y personas, que se financian con préstamos, ya que el bolívar es extremadamente barato.

Otra vez, las autoridades económicas muestran su incapacidad para entender cosas simples de la dinámica económica, de esas que no tienen que ver con ideología, sino con el sentido común:

-La única manera de estabilizar el mercado cambiario es la oferta sea suficiente y estable. La regulación de la demanda solamente traerá consecuencias indeseables y no servirá de nada.

-La única señal de confianza posible es que se elimine el control de cambio, en el marco de un programa creíble de recuperación económica, que no es, por cierto, este que el gobierno promueve.

-Estabilidad política, que actualmente es un bien prácticamente desaparecido.

 

 


PUBLICADO: 29 de enero de 2019