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Datanálisis y Datos certifican las cifras del inédito "fenómeno Guaidó"

Si las elecciones libres que la Asamblea Nacional pide como eslabón final de la cadena para restituir un orden democrático se celebraran ahora, Juan Guaidó las ganaría con un piso de 70% de los votos, según el más reciente encuesta de Datanálisis. Si hubiera que poner un título para definir esos eventuales comicios, según el socio-director de la encuestadora, Luis Vicente León, sería "Guaidó Alone".

Para Luis Vicente León, el liderazgo del presidente de la Asamblea Nacional y mandatario encargado de la República es un caso inédito de encumbramiento de un "outsider" político. Actualmente, el parlamentario supera ampliamente a líderes tradicionales de la oposición, como Henrique Capriles Radonsky, María Corina Machado y Henri Falcón, en agrado social y confianza.

Los líderes "clásicos" -es el término que usa León- de la oposición a Maduro no tienen más de 15% o 20% de agrado. "En diciembre, 55% de la base social opositora quería que se fuera Maduro, pero no respaldaba a ninguna de las opciones de oposición. Esto lo ha cambiado Guaidó de manera impresionante".

Algo que nadie podía imaginarse y que, en la opinión de León, define claramente el poder del liderazgo de Guaidó es el hecho de que más de 50 naciones lo hayan reconocido como presidente encargado sin tener control territorial e institucional del país. "Eso es casi inédito, el único antecedente fue el reconocimiento, por parte de Estados Unidos, de los gobiernos que Hitler iba deponiendo y desterrando con su avance militar en la Segunda Guerra Mundial, e incluso el caso de Guaidó tiene elementos únicos".

Como otros analistas, León recuerda que así como ha surgido esta suerte de amor repentino e intenso por el joven parlamentario, el encanto puede dar paso al rechazo, por lo que es clave que Juan Guaidó administre las expectativas con transparencia e inteligencia.

"El fenómeno Guaidó es tan impresionante que no solo supera varias veces a Maduro, sino que crea un problema político dentro de la oposición, porque si su liderazgo se planteó como un ejercicio transitorio para dar paso a alguno de los liderazgos clásicos, como el de su jefe político, Leopoldo López, habrá que contar un cuentico. Si Guaidó corona, tendrá que cobrar, porque este tipo de respaldo no es transferible, y si él pretende ceder el mandato de la gente a un líder menos popular y con menos credibilidad, lo único que demostrará es que no era digno de la tarea", explica León.

Datos: Es un fenomeno

Luis Maturén, gerente general de Datos, también certifica el "fenómeno Guaidó" con números. En su encuesta de enero, la empresa de investigación de mercado incluyó preguntas sobre el liderazgo del presidente de la AN, a partir del 5 de enero, y encontró resultados nacionales que, a juicio del ejecutivo, son impresionantes.

Según Datos, el "outsider" desconocido acumulaba antes del 23 de enero, 50% de agrado. "El único personaje que se le acerca es Lorenzo Mendoza", mete el inciso Maturén. El nivel de confianza es de 35% y su credibilidad se ubicó en 46%.

"Algunos podrán pensar que estos números son más bajos de lo esperado, pero lo que hay aquí es un fenómeno político sin precedentes. Los niveles de agrado se mueven muy poco y lentamente; es más, mucha gente debe gastar mucho para incrementar unos pocos puntos, por eso lo que ha logrado Guaidó es impresionante", afirma Maturén.

El 23 de enero, el día cuando el presidente de la Asamblea Nacional asumió las competencias constitucionales como presidente interino de la República, Datos todavía estaba haciendo el campo de su estudio general de condiciones de vida y hábitos de consumo, por ello pudo medir el impacto de esta decisión en la opinión pública.

Luis Maturén aclaró que estos datos posteriores se levantaron con 30% de la muestra nacional y en los centros más poblados, por lo que deben ser tomados como un análisis cualitativo. En todo caso, después del 23-E, el nivel de agrado de Guaidó subió a 57%. Su nivel de confianza subió a 45%, y su credibilidad ascendió a 58%.

"Este es un fenómeno que no ha sido documentado previamente, nunca hubo líder con semejante impacto político en el país", afirma categóricamente Maturén.

Según Luis Vicente León, este es el momento más complejo para la revolución bolivariana, nunca como ahora hubo más posibilidades de sacar del gobierno a los promotores del socialismo del Siglo XXI, así que la tarea que tiene Juan Guaidó, como líder máximo de la oposición, es de una complejidad extrema.

El dilema para Guaidó es tan lógico como complejo: si triunfa, nadie -ni su jefe político- podrá parar su acceso al poder, con un respaldo social que el extinto ex presidente Hugo Chávez ni siquiera soñó. Si no alcanza sus objetivos, es posible que su descrédito sea tal que le será muy difícil tener una segunda oportunidad.

El Hombre del Momento

Para muchos, Juan Guaidó es casí un actor providencial. Joven, sobrio, sin pasado ni conexiones directas con viejos grupos políticos, con una historia de lucha y arrojo físico en su expediente, profesional, proveniente de una familia de clase media baja -no es un "cachorro de la oligarquía"-, buen orador, convincente, sensato, y con capacidad para proyectar empatía y honestidad.

Además, es un hombre de familia, con una esposa joven, profesional, también comprometida con la política, inteligente y un elemento nada despreciable; es hermosa. Guaidó y Fabiana Rosales conforman una pareja que proyecta un país joven, moderno, exitoso, sensible y con futuro.

Sin embargo, todos estos rasgos no son suficientes para explicar su posicionamiento tan veloz e impresionante como líder indiscutido de una oposición diversa, con grandes diferencias políticas y personales, y que no es fácil de coordinar, como lo pueden atestiguar dirigentes con más kilometraje, como Ramón Guillermo Aveledo, Enrique Mendoza, Henrique Capriles o Jesús "Chúo" Torrealba.

Guaidó surfea con evidente habilidad en un escenario que le da poderosas herramientas: una histórica crisis económica y social que, según Datanálisis, hace que 95% de los venezolanos piense que el país está mal o muy mal; una sensación generalizada de desesperanza, rabia, frustración, y cansancio de un proceso político que no ha sido capaz de estabilizar al país ni lograr un proyecto de desarrollo que logre consenso en 20 años.

El mandatario interino llega en un momento cuando más de 3,5 millones de venezolanos han huido de la crisis en un proceso de diáspora nunca visto en el país, y con consecuencias regionales graves.

Guaidó disfruta de un respaldo internacional amplio y comprometido. Más de 50 países reconocen su investidura y con el gobierno de Estados Unidos como el más poderoso aliado posible. El conflicto de poderes en Venezuela no es solo una situación local, sino el epicentro de un enfrentamiento geopolítico e ideológico que pone a la democracia, nuevamente, como el gran objetivo.

Además, parece que Juan Guaidó no es un producto improvisado de las circunstancias. La puesta en escena de sus discursos, con atril adornado con el escudo nacional así sea en la calle bajo el sol; su vestimenta formal y casual a la vez para proyectar autoridad sin perder frescura; la escenografía con los símbolos de la patria siempre presentes; sus apariciones rodeado de gente; el riesgo personal que entrañan sus intervenciones públicas, siempre asumidas con tranquilidad y con una dosis cuidada de osadía, e incluso, jaquetonería frente al poder -sobre todo el armado- del madurismo; y las bien dirigidas campañas de videos en redes sociales que sustentan y refuerzan su discurso, son buenas evidencias de esto.

Y, además, comparte fecha de nacimiento con Hugo Chávez, el otro gran "outsider" de los últimos 30 años de la política nacional; sin duda, una coincidencia con mordiente.

Así que el fenómeno no es solo Guaido, sino que va más allá. Es una oposición que tiene una estrategia, un plan de acción, que ha ganado poder de negociación, y que ha aprendido dolorosas lecciones del pasado, mientras el chavismo parece haber perdido no solo base social, sino capacidad política efectiva.

Así están las cosas...

 

 

 

 

 


PUBLICADO: 23 de febrero de 2019