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Oposición acuerda desobediencia progresiva, cívica y pacífica a partir del 10E

Los sectores de oposición agrupados en el Frente Amplio Venezuela Libre acordaron una estrategia de desobediencia cívica pacífica, responsable, progresiva y planificada a partir de este 10 de enero, ya que el conglomerado de partidos políticos y organizaciones sociales no reconocerá al presidente Nicolás Maduro como mandatario legítimo por las condiciones cuestionables de las elecciones del pasado 20 de mayo.

En el cuerpo de conclusiones de la reunión de representantes del FAVL realizada el 12 de diciembre en la Universidad Católica "Andrés Bello", se decidió no generar falsas expectativas en la población, por lo que las acciones de calle se realizarán con criterios de "gradualidad, seguridad, capacidad e impacto", con el objetivo de no agotar las protestas sin obtener algún resultado tangible.

En el punto 12 del documento se señala que cada sector deberá presentar su propia agenda de acciones, la cual debe ser ensamblada con una estrategia general. El punto 15 es claro al señalar que "no se deben iniciar caminos o luchas para las cuales no tengamos la capacidad de garantizar el éxito de las mismas. Ni pasividad derrotista ni vanguardismo aventurero e irresponsable".

Más de 200 representanes de la Asamblea Nacional, partidos políticos, sindicatos, gremios profesionales y estudiantiles, organizaciones sociales y representantes regionales al Congreso del Frente Amplio participaron en el encuentro, donde se acordó, además, evitar ventilar públicamente las diferentes entre grupos opositores, las cuales se consideran "normales" en una organización tan amplia y diversa.

De acuerdo con el documento, parece que la nueva política de esta entidad que parece aglutinar a un importante sector de la base social de la oposición es no renunciar a la aplicación de diversas formas de lucha siempre que se evalúen y planifiquen con gradualidad, viabilidad, potencial de efectividad, claridad de objetivos específicos y generales, y masividad. No se dice expresamente, pero parece que la idea es no centrarse en grandes concentraciones.

La estrategia de comunicación

Según las más recientes encuestas a la mano, los partidos políticos que, hasta ahora, han comandado a la oposición no tienen siquiera 10% de aprobación; no obstante, el rechazo al gobierno supera 80%, en promedio. El gran objetivo es volver a capitalizar ese rechazo, como se hizo de cara a las elecciones parlamentarias de 2015.

La autocrítica "constructiva" domina el debate interno; sin embargo, consensuar líneas de acción no es fácil, porque hay dirigentes de partidos que pretenden instrumentalizar este nuevo intento de alianza, pero las organizaciones sociales sostienen que los partidos deben formar parte y actuar como parte del conjunto, sin que ello signifique dejar de lado sus naturales expectativas de alcanzar poder político.

En la expectativa de corto plazo, las organizaciones del Frente Amplio acordaron asambleas y foros en sus espacios para llevar a todo el país un "mensaje pedagógico" sobre las implicaciones del nuevo período presidencial de Nicolás Maduro, especialmente por sus discutibles condiciones de legitimidad.

Se acordó como centro del discurso "una nueva narrativa amplia que exprese a la Venezuela reconciliada que queremos. Que le hable no solo a los ciudadanos en general, sino también al chavismo de base y a la FANB y despolarice a Venezuela".

Este punto es especialmente polémico, por cuanto no todos están de acuerdo con "hablarle" a sectores sociales y políticos chavistas, donde ya afloran tendencias muy críticas con el presidente Maduro y su gestión.

Dos puntos medulares: crear capacidad comunicacional para elevar el costo político de la represión y mecanismos comunicacionales "para evidenciar el aumento de la conflictividad social, la corrupción y decomposición del gobierno".

Estas líneas hablan de objetivos y construcción de discursos, pero no de medios. Y he allí el problema, porque la oposición ha perdido la inmensa mayoría de sus espacios de comunicación en el país.

Otro punto es organizar la diáspora venezolana desde una perspectiva democrática, no para controlarla, sino para vincular a los compatriotas en el exterior con la estrategia de lucha interior.

El Frente Amplio Venezuela Libre, más allá de las críticas que ha recibido, ha venido trabajando en la construcción de una organización efectiva y con capacidad de cohesionar. Este nuevo intento apuesta por la convergencia y, quizás, su gran diferencia con la extinta Mesa de la Unidad Democrática es su foco que supera los límites de la política partidista.

 


PUBLICADO: 19 de diciembre de 2018