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Mujeres: talento desaprovechado

Solo 25 de cada 100 gerentes o directivos de empresas en Venezuela son mujeres. En el mercado laboral venezolano, la mujer gana 19% menos por realizar el mismo trabajo que un hombre y en Latinoamérica tiende a realizar hasta 86% del trabajo no remunerado.

En Venezuela, 50.3% de las mujeres participa formalmente en el mercado laboral y apenas 25% ocupa cargos ejecutivos o directivos. En cuanto a la cifra de hombres que trabajan de manera formal, se eleva hasta el 75 por ciento. Por otro lado, de cada 100 cargos gerenciales o directivos, 75 están ocupados por hombres.

Las cifras fueron reveladas por Patricia Valladares, presidenta de la Alianza Venezolana de Empresas por el Liderazgo de las Mujeres (AVEM), durante el foro“Mujeres líderes, un buen negocio”, organizado por Telefónica Movistar. Dijo Valladares que la brecha salarial en el país, mantiene a la mujer 19% por debajo en cuanto a la compensación por realizar el mismo trabajo que un hombre.

Valladares recomienda mayor flexibilidad en cuanto a la responsabilidad laboral para la mujer, por ejemplo, en momentos de gravidez. “Esta falta de flexibilidad de muchas empresas no le brinda herramientas para que ella pueda escalar a puestos más importantes. Esto se conoce como el Síndrome del Escalón Roto. La cultura de la responsabilidad equitativa, debe comenzar en casa”, propuso la presidenta de AVEM.

Por su parte, la anfitriona del evento Daniela Laurita, CEO de Telefónica Movistar, fue optimista, al menos en lo que respecta a su entorno empresarial. “Creemos en el empoderamiento y la importancia del liderazgo femenino, el Grupo Telefónica lo está promoviendo en sus distintas operaciones en todo el mundo”, asegura. Destacó que 51% de la plantilla de su organización está conformada por mujeres. “Ocupamos 35% de los cargos directivos en una empresa de tecnología”, se enorgullece.

18% más pobres que los hombres

El panorama venezolano no podía ser otra cosa que el reflejo del contexto latinoamericano. En el año 2010, 51% de las mujeres en la región estaba fuera del mercado laboral “por dedicarse al cuidado de niños, adultos mayores y personas con discapacidad”, afirmó Betilde Muñoz-Pogossian, primera mujer que ocupa la dirección del departamento de Inclusión Social de la Organización de Estados Americanos, OEA. Aseguró que en la actualidad el escenario no ha cambiado mucho y la mujer tiende a realizar entre el 71 y el 86% del trabajo no remunerado. Esta situación eleva la tasa de pobreza de la mujer latinoamericana hasta 18% por encima de la de los hombres.

“A pesar de que se han reducido de manera importante los niveles de pobreza en la región, América Latina sigue siendo una de las zonas con mayor desigualdad, según el coeficiente de Gini, que mide cuánto gana una persona por día”, indicó Muñoz.

Desigualdad política

En lo que respecta a la participación política femenina, la representante de la OEA dijo que Latinoamérica ocupa el segundo lugar, después de los países nórdicos, con 28% de representación de mujeres en los parlamentos. A este dato se suma que sólo 11 países de la región tienen presencia femenina en cargos ejecutivos y dentro de sus organizaciones políticas; la participación se limita a 12% de mujeres alcaldesas y  27% en cargos municipales.

Según Muñoz, los países de la región han adoptado medidaspara revertir las desigualdades entre hombres y mujeres en materia política. “Casi toda América Latina ha adoptado como política de trabajo las cuotas de representación laboral entre hombres y mujeres, como medida temporal, y las leyes de paridad como permanentes. Bolivia, Costa Rica, Ecuador y México son ejemplo de ello”, dijo Muñoz.

Aún así, la toma de decisiones continúa concentrada en la mayoría masculina, lo que incide directamente en el diseño de políticas con una visión de inclusión femenina. “La mitad del talento se está desaprovechando, lo que genera como consecuencia una democracia incompleta, sin igualdad de oportunidades para ambos géneros, al no garantizar la perspectiva de la mitad de la población”, afirmó Muñoz.

“Una mejor distribución del tiempo, tanto privado como empresarial, entre hombres y mujeres, así como la equidad en los ingresos entre ambos sexos, va a generar condiciones materiales más favorables para que las mujeres se puedan involucrar en temas públicos y políticos, y puedan ser dueñas de sus empresas”, concluyó Muñoz.

 


PUBLICADO: 11 de marzo de 2020