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¿Feliz 2020?

Según Asdrúbal Oliveros la economía caerá en 2020 por séptimo año consecutivo aunque con menor intensidad, mientras que Susana Rafalli considera que la emergencia humanitaria compleja tiende a agravarse pasando a ser persistente, enquistada y olvidada.

En el Foro Perspectivas para Venezuela organizado por el Centro de Estudios Políticos y Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello, quedó claro que la economía ilegal cobrará aún mayor fuerza el próximo año, mientras que el tamaño de la economía, de las empresas y de los negocios continuará reduciéndose, en un marco de niveles de dolarización transaccional casi irreversibles.

El planteamiento fue hecho por el director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, quien apoyó su intervención en proyecciones que reflejan, entre otros aspectos, que el tipo de cambio paralelo podría llegar a superar el millón de bolívares por dólar en 2020, en contraste con la tasa de cambio de 42 mil bolívares registrada esta semana.

A juicio del economista, la inflación que este año podría alcanzar cerca del 18.000%,  registrará un crecimiento menos intenso el año venidero, ubicándose en 3.857%, lo cual podría significar que, aunque se trata de una cifra aún muy elevada, “técnicamente estaría dentro de los parámetros de hiperinflación”.

Explicó Oliveros que la contracción del gasto público, las políticas de restricción del crédito bancario y la venta masiva de euros, han permito una menor devaluación e hiperinflación.

El costo de esta política es que el PIB este año disminuye en 39%, con lo cual suma seis años en declive. Pero caerá nuevamente el año próximo, por séptima vez, en esta oportunidad en un 10,8%.

Mencionó el especialista que la “economía negra”, que representó ingresos por 14,4 mil millones de dólares el año pasado, creció este año y seguirá haciéndolo en 2020. “Ya representa más de un tercio, pues en ese periodo el ingreso perolero fue de 28 mil millones de dólares”, acotó.

“Allí están incluidos el contrabando de oro, la venta informal de gasolina en la frontera, tráfico de estupefacientes, subsidios cambiarios y sobrefacturaciones”.

Grave emergencia humanitaria

Por su parte, Susana Raffalli, asesora para la Respuesta Humanitaria y de Cáritas de Venezuela, dijo que este año 87% de los hogares reportan algún tipo de privación alimentaria, y que la desnutrición crónica en niños menores de 5 años pasó en 2017 de 27,4% a 35,1% este año.

Advirtió con preocupación que la emergencia humanitaria compleja, además de agravarse, está pasando a ser persistente, enquistada y olvidada.

La especialista en seguridad alimentaria, comentó que en un escenario político sin cambios, la precariedad humanitaria tenderá a convertirse en una “nueva normalidad”, y que la resiliencia se dará sobre una base económica, social y ambiental muy frágil en un estado fallido.

Raffalli recalcó que lo que se proyecta es una necesidad de socorro conjuntamente con la necesidad de protección, pero “existe el riesgo de una fatiga por parte de los medios de comunicación social sobre el tema, así como por parte de las organizaciones humanitarias y de los donantes”, advirtió.

Propuso unas líneas urgentes de trabajo, como la articulación de la sociedad civil para la acción humanitaria y la solidaridad, información y pedagogía ciudadana para acción humanitaria y mayor visibilidad e incidencia, al tiempo que recomendó fortalecer mecanismos de ayuda a través de la diáspora.

En el Foro participaron también el director de la UCAB, Benigno Alarcón; Félix Seijas, director del Instituto Delphos y el internacionalista Félix Arellano, quienes abordaron los escenarios de política nacional, opinión pública y relaciones internacionales, respectivamente.


PUBLICADO: 06 de diciembre de 2019